Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator
Miércoles, 07 Febrero 2018 00:00

Devoción

El culto de las reliquias nació como memoria y veneración de la tumba de un mártir. Algún siglo después, se comenzaron a venerar también los huesos de los santos monjes, como un gesto de afecto hacia los padres. A través de la veneración de lo que había quedado de su paso por la tierra, se manifestaba la veneración de su vida, de su ejemplo y una comunión misteriosa con ellos. Según una visión "racionalista", la veneración de las reliquias es un comportamiento arcaico, que ha conducido a cosas absurdas. Los centros de peregrinación se han peleado por tener las reliquias, las han creado y han hecho comercio con ellas, etc. El hombre, aplastado por su condición, por el miedo del sufrimiento y de la muerte, se refugia en comportamientos mágicos, que lo protegen y le permiten sobrevivir. Hoy la ciencia da luz en todas estas actitudes. Muchos fenómenos "extraordinarios" sucedidos en el pasado han encontrado explicación científica y los que aún no la han encontrado, la encontrarán mañana. La actitud opuesta es algo mágico, ausente de todo espíritu crítico: las reliquias son una especie de "talismán" que protege; lo sobrenatural es visto como una fuerza radioactiva que, sin que se vea, obra. Es preciso cumplir un cierto números de actos y el resultado seguirá. Las medallas, el relicario, las oraciones son su condición obligada. Para la verdad, la historia concreta de nuestros "santos" está muy lejos de todo esto. Es claro que hay que evitar los equívocos y las exageraciones, y llevar a la justa devoción; pero, según la doctrina de la Iglesia católica, los actos de devoción son parecido a las prácticas mágicas o supersticiosas porque mientras quien practica estas últimas cree que tienen eficacia por sí mismas; en el caso de las reliquias, por el contrario, no es el acto en sí quien tiene eficacia, sino la oración que le acompaña, y también esta solo en cuanto la gracia pedida se concede por libre elección de Dios. Invocamos a los santos para que ellos, a su vez, intervengan al Señor, siempre hasta la última de las oraciones. Venerar una reliquia es venerar la misericordia de Dios que se ha realizado en el santo. Rezar ante el cuerpo de un santo es dar gracias a Dios que le ha sostenido en el camino de la santidad.

Visto 2066 veces Modificado por última vez en Jueves, 08 Febrero 2018 00:15
Más en esta categoría: « Definición Normas »

Deja un comentario

Asegúrese de introducir toda la información requerida, indicada por un asterisco (*). No se permite código HTML.