Anne-Marie Martel nació en Le Puy-en-Velay, Francia, el 11 de agosto de 1644, en el seno de una familia profundamente cristiana. Fue bautizada apenas dos días después, el 13 de agosto. Desde pequeña recibió una sólida formación humana y espiritual, creciendo rodeada de sus hermanos y hermanas en un ambiente de fe.
A los 22 años, en 1666, guiada por el sacerdote sulpiciano Padre Tronson, comenzó una misión de caridad entre los más pobres: mujeres del hospicio, bordadoras de encajes, niños abandonados, mendigos, peregrinos y campesinos. Junto a otras jóvenes comprometidas, se dedicó a hacerles descubrir que eran “amados por Dios”, viviendo con radicalidad el Evangelio en lo cotidiano.
Aunque laica, hizo voto de castidad y consagró toda su vida al servicio de Dios y de los más desfavorecidos. Su oración resume su entrega:
“Señor, haced que todo mi placer sea complaceros.”
El 15 de enero de 1673, Anne-Marie Martel falleció de agotamiento físico, entregada hasta el final. Sin saberlo, había dado origen a lo que más tarde sería conocido como la Obra de la Instrucción.
El 21 de mayo de 1676, el obispo de Le Puy, Mons. de Béthune, reconoció oficialmente esta obra, otorgándole existencia canónica y confiándola a la guía de los Padres sulpicianos. Por motivos históricos, las primeras compañeras de Anne-Marie, conocidas como “las Señoritas de la Instrucción”, adoptaron más adelante el nombre de Hermanas de la Instrucción del Niño Jesús.
Marcadas por la intuición espiritual de su fundadora, las Hermanas del Niño Jesús viven su carisma al estilo evangélico:
“Amor al Padre y a los hermanos, al servicio del despertar y del crecimiento en la fe.”
Hoy, la familia espiritual del Niño Jesús, presente en 7 países, está formada por hermanas, asociados, amigos, la Fraternidad Anne-Marie Martel, y numerosos responsables educativos, todos bajo la tutela de la Congregación.